A confesión de parte... Julio Obeid, Presidente del Concejo Deliberante, con hambre de ser intendente, reconoció ante sus pares y ciudadanos haber sido parte y beneficiario en una toma. Con qué cara hoy puede pedir que otros no lo hagan. ¿Cómo es que el resto del cuerpo legislativo no haya tomado cartas en el asunto?
Más allá de los enojos , los insultos y las puteadas, lo cierto es que todos nos fuimos con un sabor a nada. El pantano del conflicto parece haber absorbido al gobierno municipal, que no encuentra la salida y rengo de funcionarios trata de no dar pasos en falso... aunque ya dio varios tropezones. El discurso justificatorio de la Concejal Ana Ambroggi explicando la cantidad de casas que generó el actual gobierno no coincide para nada con la percepción que tiene el vecino, lo que demuestra que de ser cierto lo expresado en su alocución Fernández y su equipo tienen gravísimos problemas de comunicación. Un gobierno que genera tanto en tan poco y que pese a ello carga en su espalda la creencia de gran parte de la comunidad acerca de la inacción del jefe comunal y su equipo, es porque no ha sabido contar lo en lo que han estado trabajando.
No menos importante es la falta de autocrítica en cómo abordaron el tema de las tomas. Los días que pasaron sin acercarse al asentamiento y la tajante posición de no negociar con los usurpadores no hicieron más que calentar el ánimo.
La posición más clara y a la que no se le tomó mucho en cuenta, vino de un vecino muy conocido por todos, Angel González, el papá de Cristian Gonzalez quien con un tono ameno y tranquilo propuso reubicar a las familias hasta tanto se le pueda dar una solución definitiva, en los galpones ociosos de los ociosos militares.
La represión no debería ser una salida posible, aún quedan alternaivas pero necesitamos que nuestros gobernantes se despabilen y ordenen las cosas trabajando con humildad junto a los que menos tienen.
Mientras todo esto sucede, tal como lo adelantamos días atrás, quien empieza a perfilarse hacia la intendencia, con el silbido del que disimula, es el empresario Querejeta, la cara limpia de la derecha de cabotaje que ansía cumplir su sueño, esta vez de la mano del Pechi Quiroga el más sobischista de la UCR.
...y Carnaghi?
